Desde tiempos remotos, el rol de la mujer ha sido asociado con las labores y el cuidado del hogar. Sin embargo, no se reduce exclusivamente a este ámbito, sino que también implica otras responsabilidades como el apoyo emocional y la atención a los demás.

Las mujeres, tanto entre la población activa, como inactiva, son las principales encargadas del cuidado y las responsabilidades del hogar. Se trata de tareas fundamentales en la sociedad siguen estando invisibilizadas y no reconocidas.

Corresponsabilidad y nuevos usos del tiempo

Para comprender si la conciliación entre la vida laboral y familiar es equitativa, es esencial analizar el tiempo que hombres y mujeres dedican a las responsabilidades de cuidado y tareas del hogar. Esto permite evaluar si existe una distribución justa de las responsabilidades familiares y laborales entre ambos géneros.

Según fuentes, son las mujeres principalmente las que optan por tomar excedencias, reducir su jornada laboral o trabajar a tiempo parcial (representando el 73 % de los casos) para el cuidado de hijos, hijas y familiares. Este comportamiento demuestra que ellas siguen siendo las principales cuidadoras y las que asumen en mayor medida las tareas del hogar.

El “problema” de la conciliación surge debido a la falta de reconocimiento o atención sobre las necesidades individuales en varios aspectos de la vida (personal, familiar, social y laboral), además de la falta de visibilidad de una realidad más específica: tiempo y el trabajo que requiere cubrir las necesidades básicas de las personas.

Según los datos, el trabajo de cuidados supone el 40,77% del PIB en España.

Esta situación supone un impacto a nivel estructural, social, cultural y económico que repercute negativamente sobre las mujeres:

  • Dobles jornadas de trabajo.
  • Renuncia o abandono de la vida profesional o personal.
  • Mayor dificultad para el libre desarrollo de las carreras profesionales.
  • Desigualdad salarial que supone reducción de derechos, pérdida de autonomía o dependencia económica.
  • Mayores cuadros de estrés, mayor vulnerabilidad, baja autoestima.
  • Menor rendimiento en el trabajo.

Partiendo de esta realidad y dado que somos una consultora especializada en el diagnóstico y elaboración de planes de igualdad, desde ISB Consultoría, identificamos situaciones de desigualdad en las organizaciones y aportamos soluciones de buenas prácticas en las empresas. Entre otras muchas, sugerimos empezar desde:

  • Identificar las necesidades personales en materia de conciliación
  • Formar y sensibilizar en igualdad para romper con los roles y estereotipos establecidos
  • Proponer cambios en la cultura de la organización para abandonar el modelo tradicional de empresa y avanzar hacia un modelo más igualitario que se centre en las personas
  • Fomentar la implicación de los hombres hacia los nuevos modelos de masculinidad que rompen con las masculinidades hegemónicas
  • Eliminar las actuaciones tanto de empresa, como a nivel individual, que limitan las decisiones de mujeres y hombres a la hora de solicitar medidas de conciliación.

Es fundamental comprender que el cuidado no solo se limita al ámbito del hogar, sino que abarca mucho más: el apoyo emocional, la atención a los demás y la promoción de relaciones saludables. De esta manera, podemos avanzar hacia entornos laborales más equitativos y justos para todas las personas, independientemente de su género.

Estas buenas prácticas no solo benefician a las personas, sino que también fortalecen a las empresas al impulsar la diversidad, la inclusión y la innovación. Además en ISB Consultoría estamos homologadas por el Instituto Vasco de la Mujer, EMAKUNDE; esto refleja nuestro compromiso con la igualdad de género y con el impulso de políticas y acciones que promueven la equidad en todos los ámbitos.