consultora de igualdad

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, Emakunde ha lanzado una campaña que insta a visibilizar, valorar y repartir las tareas del hogar y de cuidado entre hombres y mujeres, así como entre la sociedad en su conjunto.

Bajo el lema “¿Quién cuida? Hagámoslo visible. Hagamos nuestra parte”, la campaña invita a la reflexión sobre la falta de visibilidad de los trabajos de cuidado. También incide en la necesidad de poner en valor este tipo de labores, las cuales mayormente no son remuneradas y están desempeñadas por mujeres.

Emakunde también saca a colación el eterno debate sobre la distribución equitativa de los trabajos de cuidado y del hogar entre hombres y mujeres.

Reparto de las tareas domésticas y de cuidado tras el Covid-19

La situación que ha generado la Covid-19 ha reflejado más que nunca la importancia de los trabajos de cuidado y el compromiso que debe adquirir la sociedad con estas labores, tanto hombres como mujeres.

Antes de la pandemia, según datos de la Encuesta de Salud del País Vasco de 2018, los hombres dedicaban una media de 1,8 horas diarias a las tareas del hogar y cuidados. Las mujeres, sin embargo, dedicaban 3,1 horas diarias.

El informe publicado por ONU Mujeres, “Covid-19 y la economía de cuidados”, refleja que, desde la pandemia, el tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado ha aumentado; por cada 4,1 horas diarias que dedican las mujeres a este tipo de labores, los hombres dedican tan solo 1,7.

Los efectos del Covid-19 también han sido desiguales entre hombres y mujeres.

La sobrecarga de los trabajos domésticos y de cuidado que han sufrido las mujeres, han afectado a su salud mental y física. A pesar de que las labores de cuidado de personas dependientes han aumentado durante la pandemia, la corresponsabilidad de los hombres en este tipo de tareas no lo ha hecho.

Como consecuencia, esta situación ha generado en las mujeres una sensación de malestar general, impotencia, dolores físicos, cuadros de ansiedad, estados depresivos, burnout laboral y estrés.

Por ello, resulta más importante que nunca colocar los trabajos de cuidado en el centro de la lucha del feminismo. Así lo recoge la Agenda 2030 impulsado por la ONU, que insta a los poderes públicos a «reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados«. En ISB, como consultora de igualdad homologada por Emakunde, trabajamos para aportar nuestro granito de arena en esta lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. Estamos especializadas en la elaboración e implantación de planes de igualdad para empresas. Consúltanos acerca de las subvenciones vigentes para elaborar este tipo de planes.